jueves, 12 de marzo de 2009

CATARSIS




Tus ojos marroquines
son como dos fogosas danzantes
que en punto de almíbar
son dulces cristales
de feroces pupilas
que devoran la carne .
Debilitando gruñidos
en agudas vocales
y a suaves mordiscos
de los cuerpos desnudos,
comienza la catarsis.

Las aristas calientes,
de ángulos ardientes
que rozan al ritmo
del pulso latente
en ojiabiertos luceros
que velados se apagan
de placer...
regocijado murmura
como gemidos
entre cortados.
Y los senos alborotados
de pezones henchidos son como peñascos,
incitantes a escalar
que buscan pedregones
y a la cima alcanzar...
Que luego a luego
al vació se deja caer.

Las lenguas musculosas
se posan a cavar rincones
como nervios desabridos
palpitando profundidades.

Lo que la penetración
en su horizonte encantó,
al vertiente abismo
de vientres acuosos
con densas fragancias
que marchitaron rosales
en suspiros finales...

En nuestros semblantes,
van plasmadas
Sonrisas guasonas
con extasía alegría
que se funden selladas
en nuestra frente estigmada
Amén.

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